A
pesar de llevar ya un año y medio trabajando junto con mis compañeros
en el proyecto de la ludoteka, les puedo asegurar que no ha sido fácil.
Ha requerido de constancia y tiempo. Mucho tiempo.
Así
como pasamos muchos fines de semana en el Parque de la Laguna (lugar
donde se lleva a cabo la ludoteca). Se llama de la Laguna porque está al
lado de una laguna artificial de recaptación de agua. En el link está
el mapa de donde trabajamos. Los invito a que lo conozcan.
Desde
el inicio como ludotecario ha habido aprendizajes significativos que
han cambiado algunas formalidades con las cuales uno llega al trabajo de
campo cuando viene de los sistemas escolarizados. Mi formación es mas
apegada a la psicología clínica y no tengo conocimientos sobre
antropología mas allá de la clase que tomé el primer semestre cuando
comencé la carrera. Está enseñanza yo la nombraría calibraje.
Calibrar
calibrar
- tr. Medir el calibre de un objeto o de un arma:
balística calibró la escopeta. - Dar a un objeto el calibre que se desea.
- Establecer con exactitud la correspondencia entre las indicaciones de un instrumento de medida y los valores de la magnitud que se mide con él.
- Sopesar con detenimiento:
hay que calibrar los riesgos de la empresa
Me
lo imagino como calibraje, el concepto, porque requiere un ajuste entre
dos mundos que confluyen cuando se pretende hacer acción social: el
académico (o referente a las formas) y el real (el de los modos y sus
reacciones). Han sido una serie de reflexiones sobre acciones concretas
contrastadas con ideas o juicios previos a dichas acciones.
El
primer caso que expongo, donde nació esta idea del calibraje fue en el
primer taller que di para la ludoteca en Villa de Arista: Los Ojos de
Dios.
Es
una artesania de origen huichol que tiene varios usos rituales. Parte
de la idea del taller era buscar simbolos relacionados a la comunidad o
el contexto. Como por ahí cerca está la ruta sagrada Huichola (sin ser
parte de la Reserva de WIRIKUTA, Villa de Arista está considerada dentro
del mismo tipo la misma zona geográfica del altiplano potosino con su
medio ambiente semi-desertico de baja precipitación), pensé que sería
buena idea medir la penetración de ciertos símbolos.
Obviamente
se quitó el sentido ritual, reduciéndola a una actividad manual con
estambre y dos palitos. Desde la planeación del taller tuve la duda del
nombre que debería llevar. En una primera pensada, el razonamiento venía
mas que por ser una artesanía de origen indígena (que a mi generación
se nos enseñaba a hacer en la primaria) por el lado de su nombre en
español: Ojo de Dios. Realmente no creo que sea la traducción correcta
de la artesanía. En wirra (lengua huichola) su nombre es SIKULY.
Pues
se llegó el día de la instalación de la ludoteca. Tomé mi material e
instalé mi taller. Cuando llegó el cartel de mi taller decía OJO DE DIOS. Realmente no se quien lo elaboró pero saltó ese dato y decidí dejarlo pasar para ver que pasaba.
El
sábado lo pasamos sin problema y el domingo, que era la prueba de
fuego, simplemente tomé el cartel de mi taller y esperé a que
terminaramos todas nuestras actividades.
Los
domingos la mayoría de los niños van a la doctrina (catesismo) y llegan
por tandas a la ludoteca ya que tiene horarios por edades, según
entiendo. La actividad fue muy bien recibida por los niños. Todos sabían
el nombre de ojo de dios y no hubo problema alguno.
Cuando
platicamos la experiencia con Pedro (el presidente de El Tiempo que
Resta, A.C.) el nos comentó que era conveniente cambiarle el nombre. Las
razones, aunque no las intercambiamos, eran obvias, pudiera tomarse
como una afrenta al sistema religioso establecido al enseñar a los niños
representaciones paganas de Dios y que pudieran molestar a gente de la
comunidad que no fuese de acuerdo con ese detalle del taller.
Hasta
la fecha, no he hecho medición alguna sobre la percepción de este acto,
pero en ratos me piden de vuelta el taller. Nadie, que sepa yo, se ha
quejado y hasta los niños me han mostrado ojitos de dios que han hecho
con material reciclado.
Entonces,
con este ejemplo, el Calibraje es una herramienta que permite ir
midiendo la flexibilidad de la estructura social ante paradigmas ajeno,
medir la intensidad de las respuestas y las formas y modos de las
temáticas sociales cuando se pretenden establecer cambios
significativos.
El
calibraje viene a ser el conjunto de acciones emprendidas en el trabajo
social que permiten la fluidez en entre paradigmas buscando encontrar
formas en que puedran trabajar en conjunto con cada vez menos dificultad
para el trabajo.
En
el caso del ojo de dios, en Villa de Arista, me sirvió para entender
que la comunidad estaba abierta al trabajo y que parte de su estructura
no es tan rígida como lo suponíamos. ¡Cuidado! Conozco el caso de un
sacerdote que entró a una iglesia en Chiapas, donde atienden brujos y
chamanes, para tratar de volverlos al buen camino. Dicen que le colgaron
ahi mismo y nunca recuperaron su cuerpo.
Soy un pobre venadito, que habita en la serranía.
Christian Elias
