Ludoteka Rodante del Desierto

domingo 13 de febrero de 2011.

23:30

Voy a entrar en la agrupación de La Ludoteca Rodante del Desierto. Este fin de semana he ido con ellos al pueblo donde desarrollan su proyecto: Villa de Arista, al norte de San Luís. Allí La Ludoteca trabaja con los niños a través del juego, la creatividad

y el arte para sembrar una consciencia del medio ambiente y de la realidad que les rodea. En su blog se puede saber más sobre ella. http://ludotekarodantedeldesierto.blogspot.com/

Este fin de semana necesitaban gente y Bea y yo no dudamos en apuntarnos aunque no entraremos formalmente hasta el jueves en la “Sesión de Inducción”.

El sábado por la mañana nos dirigimos bien ilusionados a Villa con todo nuestros bártulos. El día estaba frío y nublado (de los pocos que he vivido hasta ahora así). En total eramos 10 ludotecanos, cuatro de nosotros nuevos, sin embargo desde el primer momento nos sentimos integrados. Yo ya había estado en un par de talleres en la “Casa Nierika,” el centro de reuniones, y ya conocía las caras y había hablado con varios, lo que ayudó bastante.

Llegamos a la casa de la Señora Genobeba, quien nos alojaría aquella noche y también amablemente nos daría de comer. La casa era bastante humilde pero aún así teniamos toda una habitación para nosotros donde acomodarnos con nuestros sleepings (sacos de dormir). A las 11 empezaba la Ludoteca, así que nos dirigimos al parquecito donde se organizaba a prepararlo todo. Se acordonaba el entorno con una cuerda y se repartía el espacio según los talleres. Cada taller dísponía de sus materiales y uno o dos sleepings para que los niños pudieran acomodarse.

En total había 7 talleres: Mandalas, Carteles, Mural, Juegos libres y construcciones, Plastilina, Juguetes reciclados y Cuentacuento. Además había una recepción donde se inscribían los niños y se les daba un cartelito con su nombre. Yo me encargaba del taller de Juegos libres y construcciones. Este no precisaba de formación específica ya que consistía en ofrecer rompecabezas y puzzles para que los niños jugaran a su antojo, aunque compartiendo y respetandose entre ellos. A los 40 minutos terminaba el tiempo de los talleres y era hora de los “juegos al centro”. En ese momento nos reuniamos y hacíamos bailes y juegos con todo el grupo. A mi me ha tocado empezar el de “Baila el chipi-chipi” y he aprendido unos cuantos más. Cuando acababan los “juegos al centro”, ibamos de nuevo a los talleres y así unas tres veces. El sábado no hubo muchos niños debido, creemos, al frío y a que era el día de la Fiesta de la Virgen de Guadalupe en el Pueblo.

Cuando llegamos a la casa de la Sra Genobeba, fuimos directamente a la cocina a almorzar ricos frijoles, arroz, tortillas y café con canela. Los alimentos fueron, en parte, lo que nosotros nos encargamos de llevar (un kg cada uno de algo de alimento de despensa: lentejas, frijoles, arroz). Pero sabían muy ricos. De hecho comí demasiado.

Por la tarde nos quedamos en la casa evaluando la Ludoteca del día y jugando a “Lobo”. Nos acostamos temprano.

Hoy domingo nos hemos levantado tempranito y tras participar con los ludotecanos veteranos en unos ejercicios matutinos que ellos acostumbran a realizar y desayunar, hemos vuelto a los talleres esta vez con muchos niños y un sol esplén

dido. Hoy cerraron mi taller después de la primera ronda porque los juguetes y los puzzle son muy “golosos” y acuden muchos niños pero también es importante que participen en los talleres más organizados. Así que me he convertido en niña y he acudido a los talleres de mis compañeros como una más. Al final hemos hecho un tren para ver los trabajos que habiamos hecho todos.

Reflexiones:

Las güeritas participantes ibamos avisadas de que podíamos escuchar comentarios un poco despectivos debido a la extrañeza de nuestra apariencia sin embargo lo que recibí por parte de los peques sólo fueron preguntas razonables: ¿Por qué tienes los ojos azules?¿Qué eres de Argentina?¿Por qué tienes el pelo corto?

La muerte como tal está muy presente en las conversaciones con los niños: un niño construyó un tumba con un juego de construcciones, otro hizo un cuento en principio con fechas y personajes históricos como Francisco I. Madero o Zapata pero luego derivó en que mataban a su madre y su hermana, un cuervo se aparecía mantándolas, había almas que penaban en el infierno y de rebote Isa se iba al infierno por güera (pero en tono cómico, no de desprecio).

Los niños son felices en los talleres, sonríen, participan. Cuando juegan entre ellos toman de forma ansiosa las cosas sin preguntar y sin pedir permiso pero una vez interactúas con ellos y pides las cosas por favor y dándo las gracias, fácilmente cambian el “chip” y recuperan las formas de cortesía. Muchas de las familias de Villa de Arista son humildes y, al parecer, los niños en sus casas viven situaciones complicadas. Por lo que me cuentan, normalmente no tienen acceso a materiales y juegos, y su instinto les hace tomar las cosas y luego si acaso preguntar. Sin embargo yo nohe visto situaciones relevantes de mala educación ni de violencia entre ellos y son bastante obedientes.

El proyecto en este pueblo es de compromiso. La Ludoteka no pretende organizar el taller, entretenerlos un rato e irse. Llevan casi un año llendo cada quincena con lo que pretenden sembrar y transmitir valores de diálogo, convivencia, solidaridad y respeto al medio ambiente entendiendo e integrándose en el entorno de los peques. Sin embargo falta más conexión. Por ejemplo, no sabíamos que el sábado era la Fiesta del Pueblo lo que dio que pensar. Y los padres parecen no estar muy informados de lo que hacen los niños con nosotros. El domingo estuvo bien porque varios padres se acercaron y se pasaron por los talleres para observar el trabajo.

La actitud del pueblo para con el proyecto parece positiva. La señora Genobeba nos acogió a todos con amabilidad siendo 10 muchachotes y muchachotas (que se dice pronto) y otra señora nos dejó una mesa. Tras la misa dos compañeros se acercaron a comentar el inicio de los talleres por lo que también hay aceptación en la Parroquia.

También cabe destacar la “buena onda” en el grupo, que ha contribuido a que hayamos estado cómodos y disfrutando del momento. A parte de los niños, que siempre son una dosis de alegría.

Concha Sanchez

Ludoteka Rodante del Desierto

El Tiempo que Resta A.C.