La Villa de las Aristas

jueves, 14 de abril de 2011 6:42 by Ludoteca Rodante del Desierto



“... y el presidente tan alto, detrás de las municiones”

Violeta Parra


La Ludoteka Rodante del Desierto es un proyecto que realizan conjuntanmente estudiantes de antropología, psicología, teatro, danza, pintura, artes y humanidades. También colaboran talleristas externos independientes o de otros colectivos en nuestras actividades.


El objetivo es sencillo. Se trata de facilitar espacios dirigidos a niños y niñas que, de modo itinerante, promuevan la educación por medio del arte y el juego. Dichos espacios son pretextos, usando la imaginación de los niñ@s, para la expresión, ejercicio y desarrollo de habilidades generadores del diálogo, la tolerancia y el respeto como base de entendimiento mediante el juego como estrategia.


La forma en que lo hacemos es a travéz de talleres que planeamos conjuntamente antes de ir a la comunidad. Se traza un tema general y uno específico en los cuales debe converger nuestra práctica. Se ven los pormenores como material, trasporte, estacia, comidas y demás cosas que se presenten necesarias. En total se planean talleres para ocho horas repartidas equitativamente durante el fin de semana.


Uno de los problemas al que nos hemos enfrentado, en este año de operación ludotecaria, es el transporte. Villa de Arista no queda lejos de la capital. Es cosa de 40 minutos teniendo el vehículo apropiado. Al principio, hubo ocasiones que nos transportábamos de raite. Tomando un camión que nos dejara allá por el Saucito; era solo cuestión de minutos en que alguien se ofreciera a llevarnos una vez levantando el dedo a la orilla de la carretera. Conforme se agravó la violencia en nuestro país, y en especial en la zona, la gente dejó de confiar en los viajeros a causa de ellos.


Ya han sido varios los incidentes relacionados con ellos (como les nombran en la comunidad), lo cual ha dado pie a la presencia intermitente tanto de la policia estatal, de la federal y del ejército mexicano. Hechos a los cuales los niños no hacen oídos sordos. En un taller de periodismo, donde los niñ@s hicieron reportajes sobre su comunidad, el editor de la nota roja (los niñ@s decidieron las secciones) dió una recomendación: “... solo hablen de las autoridades, de los delincuentes no.” (el editor era un niño de la comunidad)


Nosotros, a pesar de la tensión que en veces se llega a setir, seguimos jugando. Una parte de la comunidad nos reconoce como los que juegan en la lagunita; muchos niñ@s (hemos llegado a trabajar con 150 niñ@s de la comunidad) saben nuestros nombres e impacientes nos preguntan cuando son las fechas en que regresaremos. La mayoría de ellos saben las reglas y se las explican a los que no las conocen, ayudan a otros a hacer cosas. Mediante el juego se reconocen y van entretejiendo el tejido social desde su punto de vista, no desde el nuestro.


Nosotros trabajamos por la paz porque creemos que teniendo mejores mecanismos sociales de resolución de conflictos se pueden gestar las condiciones necesarias para un cambio. Nosotros ponemos los juegos.


Christian Elias

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